miércoles, 15 de marzo de 2017

Martin Schongauer
Pintor y grabador alsaciano (Colmar c. 1450  – Breisach 1491).



Hijo de un orfebre de Augsburgo que se había trasladado a Colmar, Martin Schongauer nació en esta ciudad hacia 1450. Muy pronto sacó provecho de la maestría paterna, como lo testimonia su dominio de la técnica del grabado, todavía muy ligada a mediados del siglo XV a la práctica del oficio de orfebre. El estilo de sus obras de madurez supone un gran conocimiento de la pintura alsaciana de los años 1440-1460 (del pintor estrasburgués Jost Haller y el Maestro del Retablo de Stauffenberg).
Luego de una corta permanencia en la Universidad de Leipzig (1465), Schongauer se dirigió, muy probablemente, a los Países Bajos meridionales (entre 1465 y 1470). Tal vez asistiera al atelier de D. Bouts, en Lovaina, donde pudo adquirir una cuidada técnica pictórica. Su viaje a Flandes le permit además estudiar las obras de R. Van der Weyden.
Son pocos los cuadros autógrafos de M. Schongauer que han llegado hasta nosotros. Su obra maestra, la Virgen del Rosal (fechada en 1473 sobre su reverso; Colmar, Iglesia de los Dominicos), une la monumentalidad de la figura de la Virgen al intimismo del jardín que la rodea. Este retablo fue recortado por sus cuatro costados, pero una copia antigua (Boston, I. S. Gardner Museum) conserva la totalidad de la composición, donde Dios Padre y la paloma del Espíritu Santo se muestran encima del triángulo formado por los dos ángeles que coronan a la Virgen.
Los paneles del retablo encomendado por Jean d'Orlier, preceptor del convento de los Antoninos de Issenheim, en la alta Alsacia, fueron muy probablemente pintados por la misma época (paneles abiertosNatividad y San Antonio y Jean d'Orlier; paneles cerrados: la Anunciación). Encontramos la misma amplitud en esas elegantes figuras de acentos esencialmente gráficos. Schongauer es también el autor de tres pequeños paneles de devoción privada: la Sagrada Familia (Viena, Kunsthistorisches Museum), la Natividad (Munich, Alte Pin.) y la Adoración de los pastores (museo de Berlín), en la que una realización minuciosa adquirida en Flandes le permitió una entrega atenta de los materiales y el paisaje. El Retablo de los Dominicos de Colmar (Colmar, museo de Unterlinden), consagrado a la Pasión y cuya ejecución es pobre y desigual, es sólo una obra de estudio.
Hacia 1488, Schongauer dejó Colmar por Breisach, pequeña ciudad situada sobre la orilla derecha del Rin, donde moriría en 1491. Allí pintó, sobre los muros del peristilo de la iglesia de San Esteban, un Juicio Final, redescubierto en 1932 bajo una mano de cal y dañado en 1945 por un bombardeo. Esta pintura da testimonio del conocimiento de la composición del Políptico del Juicio Final de R. Van der Weyden (Beaune, hôtel-Dieu).
Pero la influencia de Schongauer sobre la pintura alemana de fines del siglo XV y comienzos del XVI se ejerció sobre todo por medio de sus grabados (116 planchas, cuya mayoría están firmadas con el monograma M. S., con una cruz con un brazo en forma de media luna). Estas estampas, cuya difusión llegó hasta España, están consagradas a temas religiosos (Vida y Pasión de Cristo, representaciones de la Virgen, los Apóstoles, y los santos) y profanos (animales, armaduras, modelos de orfebrería).

A lo largo de una actividad artística extremadamente fértil, interrumpida por la muerte — unos veinte años apenas de creación —, Schongauer había adquirido un gran renombre en los territorios del Imperio  germánico. El joven Durero, que había ido en 1492 a Colmar para encontrar allí al maestro, se sintió muy decepcionado al enterarse de que el "beau Martin" había muerto un año antes. Su obra de grabados y dibujos fue presentada en Colmar, en el museo Unterlinden, en 1991.



Virgen del rosalVirgen de la rosaleda
(Madonna im Rosenhag)

Autor Martin Schongauer, 1473
Técnica Técnica mixta sobre tabla
Estilo Gótico
Tamaño 200 cm × 115 cm
Localización Iglesia de los dominicos de Colmar, Colmar, Francia


Esta Virgen del rosal de Schongauer formaba parte de un retablo.
El original era mucho más grande y de forma rectangular.
En la versión íntegra de la pintura, la Virgen estaba sentada, con Dios Padre en el cielo bendiciéndola y un jardín. En la versión actual la atención se centra en la Virgen con el Niño, siendo la visión más limitada; ello da un carácter monumental a la pintura que no debía tener originalmente.
La representación de la flora (flores y hojas) y fauna (aves) en la obra muestra una excelente y precisa observación de la naturaleza y siempre fue muy admirada. Los pliegues del vestido de la Virgen y su agraciada expresión facial son otros de los aspectos más apreciados de la imagen.

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