Como
ya se dijo en anteriores entradas de este blog, el Retablo de
los
Dominicos adornaba el Altar
Mayor de la Iglesia del Convento de los Dominicos de Colmar hasta
la Revolución Francesa. La parte central del retablo desapareció
(el grupo escultórico de la Crucifixión que explica el "salto" de la escena de Jesús llevando la Cruz a la del Descendimiento) y los paneles
pintados a
dos caras fueron
cortados en lo alto unos 20 cm.
Depositados en el
Museo Nacional de Colmar
en calidad de bienes nacionales, los cuadros
se expusieron en el Museo Unterlinden con ocasión de su apertura en 1853. Durante la
Primera Guerra mundial, fueron
llevados a
Munich donde fueron parcialmente restaurados. Del mismo
modo,
entre 1939 y 1945, los
traslados continuaron en función de la evolución del conflicto bélico.
Hoy sólo quedan los 16 paneles que constituían el cuerpo principal del retablo
(los 8 pintados a una sola faz) y los rebatibles (8 paneles
pintados a
dos caras).
A lo
largo de los siglos, el Retablo fue
muy maltratado y sufrió numerosas intervenciones como el corte de los paneles
y los retoques de la capa pictórica y del barniz. Los ocho cuadros de las caras
externas de los paneles rebatibles son los que sufrieron más alteraciones,
pero igual permiten
discernir el diseño subyacente a la pintura. En el siglo XX sin embargo se
realizaron intervenciones que permitieron consolidar la obra.
Estas
ilustraciones muestran los paneles del Retablo, no en su ubicación original,
sino en la cronología de los misterios evangélicos que representan.
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