Martin Schongauer retratado por Hans Burgkmair |
El Museo Unterlinden de Colmar en Alsacia encierra muchos tesoros de arte cristiano. Además del célebre Retablo de Isenheim de Matías Grünewald se puede admirar entre ellos el Retablo de los Dominicos perteneciente originalmente al Convento Dominico y que fue pintado por Schongauer y sus colaboradores en el siglo XV.
El retablo contiene 24 paneles.
Comenzaremos por los dos primeros que conforman una manera muy especial de presentar el Misterio de la Encarnación o de la Anunciación.
Seguiré de cerca la explicación de Jean Yves Cordier autor de un maravilloso blog sobre arte bretón al que me remito. Sólo hice una selección de su trabajo traducida por mí a la que atribuiré todo lo erróneo que se pueda encontrar en esta publicación.
El Retablo de los Dominicos y sus 24 paneles.
El Retablo de los Dominicos era conservado hasta
la Revolución Francesa en la Iglesia del convento de los Dominicos de
Colmar, actual biblioteca municipal. Se presentaba como un tríptico de 11 x 3 m
cuyo centro estaba ornamentado con una Crucifixión, sin duda un grupo esculpido,
que ha desaparecido. Alrededor de esta crucifixión se encontraban dos conjuntos
de madera pintados, divididos en dos paneles de 87 cm de ancho.
Dos grandes paneles recubrían esas escenas laterales: a su vez estaban
divididos en cuatro paneles pintados en el verso y el reverso, de 116 cm de ancho; de
este modo, por ejemplo, la Resurrección (faz interior) tiene
a la Visitación en el lado
opuesto.
Cuando el Retablo estaba abierto (los domingos y los
festivos), en los dieciséis paneles interiores, — los más preciosos, enriquecidos
con láminas de oro y plata—, los religiosos contemplaban la Vida pública
de Cristo desde la Entrada en Jerusalén hasta Pentecostés.
Hoy se está de acuerdo en atribuir la paternidad del Retablo a Martin Schongauer y
sus colaboradores. Sin copiarlas servilmente, las escenas de la Pasión de
Cristo evocan los grabados del Maestro sobre el mismo tema (por ejemplo, el Arresto
de Cristo o Cristo ante Caifás) cuyas pruebas se conservan
en las colecciones del Museo, sin que se pueda decir cuál sirvió a cuál de
inspiración.
Una vez cerrado (los días ordinarios), el retablo mostraba
ocho pinturas que ilustraban la Vida de la Virgen (con
el tema de los Siete Gozos de la Virgen al que el altar mayor de los
Dominicos estaba dedicado): la Anunciación (dos paneles),
la Visitación, la Natividad, la Adoración de los magos,
la Presentación en el templo, Jesús entre los doctores y la Coronación de la Virgen.
EL retablo fue desmantelado en el siglo XVIII, y desmontado
en 1793; algunos paneles fueron mutilados unos veinte cm en su parte superior.
Fue expuesto en el museo a partir de 1853, y restaurado entre
2006-2014. Esta restauración reveló que se trataba de un trabajo de atelier, en
el que el diseño de base y las anotaciones de color del Maestro fueron seguidas
por sus colaboradores.
LOS DOS PANELES DE LA ANUNCIACIÓN.
Esta escena ha merecido una consideración especial,
ya que le fueron consagrados dos paneles. Su parte superior fue cortada en el
siglo XVIII, amputando así a la derecha la figura de Dios Padre sobre la Zarza
ardiente, y a la izquierda la del sol.
Estos paneles se
muestran encima de los de la Natividad
y la Presentación en el Templo que,
después de la Visitación, los siguen en
la cronología de la vida de la Virgen. Estos cuatro cuadrados miden 116 cm de
lado cada uno, y están pintados al óleo sobre madera de pino.
Estos dos paneles ilustran la escena de la Anunciación
(Lc 1, 26-38) de un modo muy particular y sorprendente, el llamado de la
"Caza mística". Su comprensión supone algunos datos básicos sobre el mito
del Unicornio y su aplicación a la Anunciación.
Lo que sigue se basa en un artículo de Angel Narro,
y sobre todo en la tesis de Bruno Faidutti:
1. En el siglo II, un autor cristiano de Alejandría inspirándose
en la zoología griega, el esoterismo egipcio, la mística judía, la exégesis
alejandrina y en la teología cristiana de la salvación redactó
un bestiario en el que se mezclaban descripciones
zoológicas, la parábola evangélica, la paráfrasis bíblica y la fábula animalesca: el Physiologos[1],
traducido al latín en el siglo IV. En el mismo primero se describe al animal, y
después se hace una exposición sobre su entidad espiritual. El Physiologus latino
tuvo un éxito extraordinario como colección de animales fabulosos. El Unicornio
es descrito, desde el texto griego, como un animal que no puede ser cazado sin
la ayuda de una joven virgen.
2. Las traducciones en lenguas romances, realizadas
en los siglos XII y XIII, introducen un cierto número de variaciones. Son las
de Philippe de Thäun, de Guillaume Le Clerc, y de Gervaise (en verso) y la de
Pierre de Beauvais (en prosa).
a) Philippe de Thaün le dedica 67
versos llamándolo monosceros (unicornio).
El poeta afirma más o menos lo que decía la versión griega del Physiologos.
Habla de la joven virgen con el seno desnudo y explica que el Unicornio, atraido
por su presencia, se acercará a ella, se dormirá y será sacrificado a manos de
los hombres que lo esperaban ocultos cerca de la doncella.
"Quant om le volt
chacier Et prendre e engignier, Si vient [en la] forest U sit repaires est, La
met une pulcele Hors del sein sa mamele: Et par l’odurement Monosceros la sent,
Dunc vient à la pulcele Si baise sa mamele, En sun devant se dort Issi vient à
sa mort: Li om survient atant Ki l’ocit en dormant U trestut vif le
prent…"
«Cuando un hombre lo
quiere cazar, prenderlo y engañar, va al bosque dónde tiene su cobijo. Allí
ubica a una virgen, que descubre su seno. El Unicornio siente su olor y se
acerca a la doncella, besa su seno y allí se adormece, lo cual conlleva su
muerte. El hombre llega entonces y lo mata en su sueño o lo captura vivo.»
La interpretación de la escena relaciona el relato
del Unicornio con la divinidad: la virgen sería una alegoría de María y su seno
la Iglesia que alimenta al mundo (vv. 435-438: La virgine signefie, /
saciez, Sainte Marie; / par sa mamele entent /
Sainte eglise ensement). Por último, visto que el Unicornio queda
dormido al lado de la joven y parece estar muerto, esta escena será comparada
con la crucifixión de Jesús (vv. 441-444: E om quant il se dort / en
semblance est
demort: / Deus cum ume dormit / qu'en la croiz mort sufrit).
Así, la manera de dormir del Unicornio es interpretada como el sacrificio que el
Hijo de Dios llevó a cabo a favor de la Humanidad. En la interpretación del Unicornio
en cuanto símbolo de Cristo, el Unicornio compartiría el honor de ser comparado
con el Hijo de Dios junto con el león, la pantera, el chivo, la hydra
(serpiente) y el ciervo.
b) Guillaume Le Clerc (que se inspira
en el Liber de bestiis del teólogo Hugo de San
Víctor) escribe:
« [...] es tan temerario,
agresivo y osado que ataca al elefante con su pezuña dura y filosa.
Su pezuña es tan aguda, que no hay cosa, cuando la golpea, que no pueda
perforar o hendir. El elefante no tiene modo de defenderse cuando el Unicornio
lo ataca, lo hiere como una hoja y lo eventra totalmente. Es el más temible de
todos los animales que existen en el mundo, (La plus
egre best est del mont / de totes celes qui
i sont - vv. 1381-1382) y su vigor es tal que no teme a
ningún cazador. Los que quieren intentar cazarlo con ardides y sujetarlo deben
espiarlo (Cil qui la voelent enlacer, / la vont primes por espier – vv.
1394-1395) mientras anda por la montaña o el valle; una vez que han descubierto
su guarida y seguido sus huellas, buscan una doncella a la que saben virgen, luego
la hacen sentar en la guarida de la bestia y esperan allí para capturarlo. Cuando
el Unicornio llega y ve a la joven, se acerca pronto a ella y se acuesta sobre
sus rodillas; entonces los cazadores, que lo espían, se abalanzan; se apoderan
de él y lo atan, luego lo llevan forzadamente
ante el rey lo más pronto que puedan» Guillaume Le Clerc de
Normandie, Bestiaire divin.
Su interpretación difiere de la de Philippe de
Thaün manifestando un sentimiento antijudío que se ve reforzado por un pasaje
de los evangelios. Para Guillaume, el Unicornio sería Jesús (C'est
l'unicorne espiritel [v. 1351]), mientras que los que lo vigilan
serían los traidores judíos que lo condujeron ante Pilato, el rey de la narración
del Unicornio
(Des Jeves einceins l'espierent, / tant qu'il[s] le pristrent et lierent; / devant Pilatre lemenerent,
/ et ilec a mort le dampnerent [vv. 1357-1360]).
Además nos ofrece una interpretación original del cuerno,
siguiendo la profecía de Isaías acerca del cuerno (fuerza) de salvación que cita
Lc I, 69.
c) Pierre de Beauvais dará en su
Bestiario de los primeros años del siglo XIII una versión en prosa que es
la más cercana al Physiologus original:
«Existe una bestia llamada
en griego monoceros, en latin unicornis.
Physiologus dice que la naturaleza del Unicornio es de pequeña talla y se
parece a un cabrito. Posee un cuerno en el medio de la frente, y es tan feroz
que ningún hombre puede atraparlo, si no lo hace de la manera que os voy a
decir: los cazadores llevan a una joven virgen al lugar donde habita el Unicornio
y la dejan sentada sobre un asiento, sola en el bosque. Ni bien el Unicornio ve
a la joven, va a dormir sobre sus rodillas. Es de esta manera que los cazadores
pueden apoderarse de él y llevarlo al palacio de los reyes.»
“De la misma manera Nuestro
Señor Jesucristo, Unicornio celestial, descendió al seno de la Virgen, y a causa
de esta carne que revistió por nosotros, fue prendido por los judíos y conducido
ante Pilato, presentado a Herodes y luego crucificado sobre la Santa Cruz, él
que antes se encontraba junto al su Padre, invisible a nuestros ojos. Por eso
dice él mismo en los Salmos: “Mi cuerno será levantado como el del Unicornio”. Hemos
dicho que el Unicornio posee un solo cuerno en medio de la frente: ése es el
símbolo de lo que el Salvador ha dicho: “Mi Padre y yo, somos uno: Dios es la cabeza
de Cristo.” Que la bestia sea cruel significa que ni las Potencias, ni las
Dominaciones, ni el Infierno pueden comprender el poder de Dios. Si hemos dicho
aquí que el Unicornio es pequeño, hay que comprender que Jesucristo se humilló
por nosotros por medio de la Encarnación; a propósito, ha dicho él mismo:
“Aprended de mi que soy manso y humilde de corazón”, y David dice que que lleve
a cabo buenas obras, será conducido al palacio real, es decir, al Paraíso.”
B. Faidutti señala que "la simbólica crística
del animal hace que, sobre la mayoría de las miniaturas de los bestiarios medievales,
aún cuando el texto sólo hable de la captura del animal y no de su muerte, un
cazador atraviese el costado del animal con la punta de su lanza. Esta miniatura
de un bestiario inglés sobre un fino pergamino, en latín, copiado en los primeros
años del siglo XIII, es una de las raras en mostrar al animal dominado y
maniatado, pero no sacrificado."
Estos elementos nos permiten comprender que el
Unicornio está por un lado, estrechamente ligado a la confrontación de la
temática de la caza (con sus estereotipos de virilidad, agresividad e imágenes
de heridas y matanza de valor sacrificial), y a la de la virginidad por otro, con
sus valores opuestos de blancura, candor y femineidad desencarnada. Confrontación
no despojada de ambivalencia ya que el Unicornio es a la vez tan poderoso que
escapa a toda tentativa de caza, y tan sensible que no resiste al perfume que
brota de las doncellas vírgenes. En este campo profano, el Unicornio devino en imágen
del Amor cortés; el Amante es a la vez el cazador cuya fuerza marcial es
ineficaz en el amor, y el Unicornio de cuerno recto como una espada pero cuya
potencia fálica se desvanece frente a la virginidad terriblemente atractiva.
La ambigüedad o la complejidad se continúa en la simbólica
cristiana, ya que el Unicornio devino en imagen de Cristo: no puede ser
sacrificado sin que la Virgen no lo haya “atraído” antes jugando el papel de
mediadora. La caza no es más cortés, sino
que se transforma en espiritual, oponiendo y reuniendo a la vez a la Humanidad
pecadora con la Divinidad que se encarna.
Por último, estos esquemas metafóricos amplifican aún
más su dificultad de interpretación (lo que refuerza su expresividad) en la aplicación
de esta simbólica a la escena de la Anunciación. Allí, el ángel Gabriel es el
cazador y se lo ve con una trompa de caza (que es también un cuerno), con perros,
y persiguiendo al Unicornio que es atraído por la virginidad de María.
El color dominante es el rosa: mezcla del rojo de
la Pasión de Cristo y del blanco de la Virginidad de María.
Los dos paneles muestran un solo jardín, rodeado de
murallas almenadas, y dotado de una puerta y una torre. Como en el Roman de la Rose de Guillaume de Lorris
(s. XIII) donde los personajes son alegóricos y donde la rosa es la metáfora de
la mujer amada, la escena está circunscripta en un hortus conclusus ("jardín
cerrado") que remite al Cantar de los Cantares (4, 12): «Hortus
conclusus soror mea, sponsa ; hortus conclusus, fons signatus.» (mi hermana y prometida es un jardín cerrado;
el jardín cerrado es una fuente cerrada). La Virgen es asimilada a la novia
cuya virginidad es celebrada a través de su belleza. El jardín está dividido por
el montaje de los paneles; la parte izquierda es ocupada por el ángel Gabriel en
el papel de cazador, de amante y de rey Salomón, y la parte derecha por la
Virgen con el Niño bajo los rasgos de la joven con el Unicornio. Todos los
objetos, todas las micro-escenas son metafóricas y están codificadas. A
nosotros nos toca decodificarlas.
EL PANEL DE LA IZQUIERDA: EL ÁNGEL GABRIEL CAZADOR
DEL UNICORNIO.
El ángel es joven, bello, de cabellos rubios con
bucles y con alas rojas y doradas. Viste un alba blanca, una capa púrpura
ajustada por un broche de cuatro hojas. Mira a la joven como en las
Anunciaciones clásicas pero es un verdadero cazador, armado con una lanza de
picador, sonando su trompa de caza y con una correa con la que
sujeta a cuatro perros. Por otra parte, reúne los rasgos de la figura del Ángel
de la Anunciación: arrodillado, visto de perfil de tres cuartos derecho, viniendo
desde la izquierda, enunciando una palabra inscrita sobre filacterias dirigidas
a la Virgen y bajo un rayo luminoso mediador de la fecundidad divina.
1. Las inscripciones del panel de la izquierda.
Encontramos las siguientes inscripciones:
a) Porta clausa (sobre la puerta del jardín).
Porta clausa (la Puerta cerrada) es un calificativo de la
Virgen adoptado por las Letanías, porque se refiere a su virginidad
relacionando la tipología con los versículos del Libro del Profeta Ezequiel en
latín (44, 1-2)
et convertit me ad
viam portae sanctuarii exterioris quae respiciebat ad orientem et erat clausa et dixit Dominus ad me porta haec clausa erit non
aperietur et vir non transiet per eam quoniam Dominus Deus Israhel ingressus
est per eam eritque clausa.
Esta tipología figura en la Biblia
pauperum en la página de la Anunciación (abajo a la
izquierda) con el dibujo del profeta Ezequiel, la referencia Ezech XLIIII y la cita porta haec clausa erit non aperietur.
b) Ave gratia plena dominus tecum (filacteria que
sale de la trompa de Gabriel)
Estas palabras son las del Evangelio según san
Lucas (Lc 1,28) con las que el ángel saluda a María: "Ave, llena de
gracia, el Señor es contigo". Esta filacteria, con estas palabras, figura
también en la imagen central de la Biblia
Pauperum.
c) Ecce virgo concipiet (sobre una filacteria flotante
debajo de la precedente).
Se trata de la profecía de Isaías 7, 14 Ecce
virgo concipiet et pariet filium et vocabitis nomen Emmanuhel "He
aquí que la virgen concebirá y parirá un hijo y será llamado Emmanuel (Dios con
nosotros)". Este versículo es aplicado a la Virgen María por el Evangelio
según san Mateo (Mt 1, 23) en la Genealogía de Jesús. Figura arriba a la
izquierda de la página de la Anunciación en la Biblia
Pauperum, con la figura de Isaías y con la referenciae Isayas VII.
d) Fons signatus: (sobre una filacteria
encima de la fuente).
Estas palabras ("fuente sellada") califican
a la Virgen cuyo útero es a la vez cerrado y fecundo: acompañan la imágen de la
fuente, cuya cuba hexagonal está cerrada con un candado y escurre por seis
grifos en la tina inferior. Se refieren al versículo del Cantar de los Cantares ya
citado: 4, 12: « Hortus conclusus soror mea, sponsa; hortus
conclusus, fons signatus. » (mi hermana y prometida es un jardín
cerrado; el jardín cerrado es una fuente cerrrada).
e) Misericordia, Justicia, Pax, Veritas:
filacterias sostenidas en las bocas de los cuatro perros del cazador.
Misericordia, Justicia, Pax, Veritas: Los
perros llevan cuatro virtudes que remiten al salmo 84: misericordia et
veritas obviaverunt sibi; iustitia et pax osculatae sunt: "El amor y
la verdad se encontrarán, y la justicia y la paz se besarán".
El cazador, enviado por Dios a la tierra para cazar
/ buscar al Unicornio que sólo una virgen sabrá capturar, es guiado en esta
búsqueda por las cuatro virtudes evangélicas.
EL PANEL DE LA DERECHA:
LA VIRGEN CON EL UNICORNIO.
En este cuadro encontramos 7 metáforas de la
Virginidad y de la elección de María:
1. La vara de Aarón.
Sobre el altar hay trece varas y sólo la del centro
está florecida.
Se trata de una referencia al texto deI libro de
los Números (17, 17-23):
16 Y el Señor dijo a
Moisés:
17 «Manda a los
israelitas que todos los jefes de las familias patriarcales te entreguen cada
uno una vara: deberán ser doce en total. Tú escribirás el nombre de cada uno en
su propia vara; 18 y en la de Leví escribirás el nombre de Aarón, porque tendrá
que haber una sola vara por cada jefe de familia. 19 Luego las pondrás en la
Carpa del Encuentro, delante del Arca del Testimonio, donde yo me encuentro con
ustedes. 20 La vara del hombre que yo elija florecerá, y así acallaré las
incesantes protestas que los israelitas levantan contra ustedes».
21 Moisés transmitió
esta orden a los israelitas, y todos los jefes de las familias patriarcales le
entregaron una vara cada uno: eran doce en total. Entre ellas estaba la vara de
Aarón.
22 Moisés las depositó
delante del Señor, en la Carpa del Testimonio, 23 y al día siguiente, cuando fue a la Carpa del Testimonio, la vara de
Aarón –correspondiente a la familia de Leví– estaba florecida: había dado
brotes, flores y almendros."
(23 Sequenti die
regressus invenit germinasse virgam Aaron in domo Levi et turgentibus gemmis
eruperant flores qui foliis dilatatis in amigdalas deformati sunt).
Esta vara de Aaron, y esta imágen figuran en
la Biblia Pauperum en la página correspondiente a la Natividad,
con la mención Hic contra morem producit virgula florem (Contra lo
habitual, la vara floreció). Como la vara de Aarón elegida por
Dios floreció milagrosamente cuando estaba seca, la Virgen da a luz preservando
su virginidad. Esta vara es relacionada con la virginidad de María por un lado
porque retoma la profecía de Isaías 11, 1 sobre la vara de Jesé que florece (Egredietur
virga de radice Jesse, et flos de radice ejus ascendet) (Surgió una vara de la raíz de
Jesé, y floreció) asociando las palabras virgula (diminutivo
de virga, la vara) et de florem (flos, la flor), pero también por el
razonamiento expuesto por ejemplo en 1613 por Petrus Muranus:
"Aarón, en sentido
alegórico, sólo representa al pueblo judío: esta vara no es otra que la Virgen
Inmaculada, seca y árida de todo pecado, seca y árida por no haber nunca
frecuentado la compañía de los hombres: vara seca que de todos modos ha
florecido, fructificado y producido el fruto de vida, el fruto medicinal,
quiero decir el Hijo de Dios, muy precisamente representado por el fruto del
almendro"
2. La zarza ardiente.
Vemos un arbusto en llamas, y a Dios Padre (cortado)
en el medio. Se trata de una referencia al texto de Ex 3, 1-6 en el que Dios
habla a Moisés. Esta imagen bíblica prefigura a la Virgen porque ella lleva en
su seno el fuego de la divinidad. Esta relación era ilustrada y ampliamente
difundida por la Biblia Pauperum, en
el capítulo de la Natividad, al lado de la de la vara de Aarón.
La Natividad, Biblia Pauperum,
http://gallica.bnf.fr/ark:/12148/bpt6k1040372s/f11.item.r=.zoom
3. La Torre de tres ventanas.
En las Letanías, María es llamada Torre de David y Torre
de marfil. En el Cantar de los cantares (4, 4) leemos: sicut turris David collum tuum quae aedificata est
cum propugnaculis "Tu cuello es semejante a la Torre de David edificada
con murallas"
4. El lirio blanco.
Le lirio es a la vez la vara que florece de Aarón, el
tronco de Jesé que produce un brote, un símbolo de pureza por su blancura, un símbolo
de realeza cuya forma se parece al cetro. Sus tres pimpollos recuerdan que
María ha sido virgen antes, durante y después del parto, etc...
5. La Virgen del Unicornio.
El Unicornio se presenta aquí como un híbrido entre
cabrito y caballo. La cabeza y el cuello son de caballo, pero su cuerpo, sus
pezuñas hendidas, la barba de su mentón e incluso su postura son las de
una cabra. En efecto, el animal se representó hasta la mitad del siglo XV como
un cordero o un cabrito. Su cuerno torzado apunta al seno izquierdo de María. Ésta
acaricia con ternura no la cabeza del animal, sino su cuerno.
Aquí, una miniatura del libro Bestiaires d'Amours de
Richard de Fournival, un texto puramente profano, donde el Unicornio es
presentado como un carnero. (Français 412 (Hainaut, 1285) folio 232.
6. La urna de oro (URNA AURIA).
Esta urna parece llena de manzanas doradas. Urna
aurea beata est Maria, aurea per excellentiam vitœ, aurea per
integritatem et puritatem, aurea per plenitudinem gratia, "María
es urna de oro por la excelencia de su vida, por su integridad y pureza, y
por la plenitud de la gracia" leemos en las Homilías de San Amadeo, obispo
de Lausanne (s. XII).
7. El vellocino de Gedeón (VELLUS GEDEONIS).
La imagen figura en la Biblia Pauperum en
la página de la Anunciación, frente a la de la Natividad. Se trata de una
relación tipológica entre el texto véterotestamentario del libro de los Jueces (6,
37-38), y la virginidad de María: Gedeón, quinto juez de Israel, desea
saber si Dios quiere utilizarlo para liberar a la Tierra Prometida. En respuesta
a Gedeón, se produce un milagro. Un vellón puesto en el piso se cubre de rocío
y el juez lo recoge en una copa mientras la tierra que lo rodeaba ha quedado
seca. En la Edad Media, se interpretaba este espacio seco y puro como un
símbolo de la virginidad de María. Gedeón vence en el combate, gracias a este
signo de Dios. En el grabado de la Biblia Pauperum Gedeón levanta
los brazos hacia el ángel que le dice Dominus tecum virorum fortissime (El Señor está contigo, el más valiente de
los varones - Jc 6, 12), en un paralelo evidente con el arcángel Gabriel que
dice a la Virgen Ave gratia plena dominus tecum.
Para los clérigos (para los dominicos del convento),
la simple figura del vellón de Gedeón, o las simples palabras Vellus
Gedeonis bastan para hacer recordar los conocimientos que les eran
familiares e, incluso cotidianos, en sus lecturas, en sus oraciones y en su
liturgia.
[1] El Physiologus es un manuscrito redactado en griego por un autor desconocido, y compilado con fines moralizantes.
Probablemente se escribió en Alejandría, entre el siglo II y el IV. Fue uno de los libros más populares de la Edad Media, que aparece en la mayoría de las lenguas: siríaco, latín,
armenio, etíope, árabe, etc. El Physiologus contiene un conjunto de descripciones
de diversos animales, criaturas fantásticas, plantas y rocas, la mayoría con frases y sentencias moralizantes. De cada animal
se muestra su descripción y se narran varias anécdotas, pero todo ello con
sentencias morales y cualidades simbólicas del mismo. Algunos manuscritos
poseen ilustraciones. Algunos académicos consideran que las primeras
redacciones no tenían la parte de interpretación
alegórica, basándose en “la ausencia
de alegorías en textos tempranos tales como la versión en siríaco o los
fragmentos conservados en el glosario latino de Ansileubus”
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