martes, 21 de marzo de 2017

Schongauer y el Retablo de los Dominicos de Colmar I

Martin Schongauer retratado por Hans Burgkmair

El Museo Unterlinden de Colmar en Alsacia encierra muchos tesoros de arte cristiano. Además del célebre Retablo de Isenheim de Matías Grünewald se puede admirar entre ellos el Retablo de los Dominicos perteneciente originalmente al Convento Dominico y que fue pintado por Schongauer y sus colaboradores en el siglo XV.

El retablo contiene 24 paneles.

Comenzaremos por los dos primeros que conforman una manera muy especial de presentar el Misterio de la Encarnación o de la Anunciación.

Seguiré de cerca la explicación de Jean Yves Cordier autor de un maravilloso blog sobre arte bretón al que me remito. Sólo hice una selección de su trabajo traducida por mí a la que atribuiré todo lo erróneo que se pueda encontrar en esta publicación.

La Anunciación con el Unicornio, o "Caza mística" de Martin Schongauer (c.1480) en el Retablo de los Dominicos del Museo Unterlinden de Colmar. 


 PRESENTACIÓN.

El Retablo de los Dominicos y sus 24 paneles.

El Retablo de los Dominicos era  conservado hasta la Revolución Francesa en la Iglesia del convento de los Dominicos de Colmar, actual biblioteca municipal. Se presentaba como un tríptico de 11 x 3 m cuyo centro estaba ornamentado con una Crucifixión, sin duda un grupo esculpido, que ha desaparecido. Alrededor de esta crucifixión se encontraban dos conjuntos de madera pintados, divididos en dos paneles  de 87 cm de ancho.   Dos grandes paneles recubrían esas escenas laterales: a su vez estaban divididos en cuatro paneles pintados en el verso y el reverso, de 116 cm de ancho; de este modo, por ejemplo, la Resurrección (faz interior) tiene a la Visitación en el lado opuesto.
Cuando el Retablo estaba abierto (los domingos y los festivos), en los dieciséis paneles interiores, — los más preciosos, enriquecidos con láminas de oro y plata—, los religiosos contemplaban  la Vida pública de Cristo desde la Entrada en Jerusalén hasta Pentecostés. Hoy se está de acuerdo en atribuir la paternidad del Retablo a Martin Schongauer y sus colaboradores. Sin copiarlas servilmente, las escenas de la Pasión de Cristo evocan los grabados del Maestro sobre el mismo tema (por ejemplo, el Arresto de Cristo o Cristo ante Caifás) cuyas pruebas se conservan en las colecciones del Museo, sin que se pueda decir cuál sirvió a cuál de inspiración.
Una vez cerrado (los días ordinarios), el retablo mostraba  ocho pinturas que ilustraban la Vida de la Virgen (con el tema de los Siete Gozos de la Virgen al que el altar mayor de los Dominicos estaba dedicado): la Anunciación (dos paneles), la Visitación, la Natividad, la Adoración de los magos, la Presentación en el temploJesús entre los doctores y la Coronación de la Virgen.

EL retablo fue desmantelado en el siglo XVIII, y desmontado en 1793; algunos paneles fueron mutilados unos veinte cm en su parte superior. Fue expuesto en el museo a partir de 1853,  y restaurado entre 2006-2014. Esta restauración reveló que se trataba de un trabajo de atelier, en el que el diseño de base y las anotaciones de color del Maestro fueron seguidas por sus colaboradores.

LOS DOS PANELES DE LA ANUNCIACIÓN. 

Esta escena ha merecido una consideración especial, ya que le fueron consagrados dos paneles. Su parte superior fue cortada en el siglo XVIII, amputando así a la derecha la figura de Dios Padre sobre la Zarza ardiente, y a la izquierda la del sol.
Estos paneles se muestran encima de los de la Natividad y la Presentación en el Templo que, después de la Visitación, los siguen en la cronología de la vida de la Virgen. Estos cuatro cuadrados miden 116 cm de lado cada uno, y están pintados al óleo sobre madera de pino.
Estos dos paneles ilustran la escena de la Anunciación (Lc 1, 26-38)  de un modo muy particular y sorprendente, el llamado de la "Caza mística". Su comprensión supone algunos datos básicos sobre el mito del Unicornio y su aplicación a la Anunciación.

Lo que sigue se basa en un artículo de Angel Narro, y sobre todo en la tesis de Bruno Faidutti: 

1. En el siglo II, un autor cristiano de Alejandría  inspirándose en la zoología griega, el esoterismo egipcio, la mística judía, la exégesis alejandrina y en la teología cristiana de la salvación redactó un bestiario en el que se mezclaban descripciones zoológicas, la parábola evangélica, la paráfrasis bíblica y la fábula animalesca: el Physiologos[1], traducido al latín en el siglo IV. En el mismo primero se describe al animal, y después se hace una exposición sobre su entidad espiritual. El Physiologus latino tuvo un éxito extraordinario como colección de animales fabulosos. El Unicornio es descrito, desde el texto griego, como un animal que no puede ser cazado sin la ayuda de una joven virgen. 

2. Las traducciones en lenguas romances, realizadas en los siglos XII y XIII, introducen un cierto número de variaciones. Son las de Philippe de Thäun, de Guillaume Le Clerc, y de Gervaise (en verso) y la de Pierre de Beauvais (en prosa). 

a) Philippe de Thaün le dedica 67 versos llamándolo monosceros (unicornio). El poeta afirma más o menos lo que decía la versión griega del Physiologos. Habla de la joven virgen con el seno desnudo y explica que el Unicornio, atraido por su presencia, se acercará a ella, se dormirá y será sacrificado a manos de los hombres que lo esperaban ocultos cerca de la doncella.

"Quant om le volt chacier Et prendre e engignier, Si vient [en la] forest U sit repaires est, La met une pulcele Hors del sein sa mamele: Et par l’odurement Monosceros la sent, Dunc vient à la pulcele Si baise sa mamele, En sun devant se dort Issi vient à sa mort: Li om survient atant Ki l’ocit en dormant U trestut vif le prent…"

«Cuando un hombre lo quiere cazar, prenderlo y engañar, va al bosque dónde tiene su cobijo. Allí ubica a una virgen, que descubre su seno. El Unicornio siente su olor y se acerca a la doncella, besa su seno y allí se adormece, lo cual conlleva su muerte. El hombre llega entonces y lo mata en su sueño o lo captura vivo.»  

La interpretación de la escena relaciona el relato del Unicornio con la divinidad: la virgen sería una alegoría de María y su seno la Iglesia que alimenta al mundo (vv. 435-438: La virgine signefie, / saciez, Sainte Marie; / par sa mamele entent / Sainte eglise ensement). Por último, visto que el Unicornio queda dormido al lado de la joven y parece estar muerto, esta escena será comparada con la crucifixión de Jesús (vv. 441-444: E om quant il se dort / en semblance est demort: / Deus cum ume dormit / qu'en la croiz mort sufrit). Así, la manera de dormir del Unicornio es interpretada como el sacrificio que el Hijo de Dios llevó a cabo a favor de la Humanidad. En la interpretación del Unicornio en cuanto símbolo de Cristo, el Unicornio compartiría el honor de ser comparado con el Hijo de Dios junto con el león, la pantera, el chivo, la hydra (serpiente) y el ciervo. 

b) Guillaume Le Clerc (que se inspira  en el Liber de bestiis del teólogo Hugo de San Víctor) escribe:
« [...] es tan temerario, agresivo y osado  que ataca al elefante con su pezuña dura y filosa. Su pezuña es tan aguda, que no hay cosa, cuando la golpea, que no pueda perforar o hendir. El elefante no tiene modo de defenderse cuando el Unicornio lo ataca, lo hiere como una hoja y lo eventra totalmente. Es el más temible de todos los animales que existen en el mundo, (La plus egre best est del mont / de totes celes qui i sont - vv. 1381-1382) y su vigor es tal que no teme a ningún cazador. Los que quieren intentar cazarlo con ardides y sujetarlo deben espiarlo (Cil qui la voelent enlacer, / la vont primes por espier – vv. 1394-1395) mientras anda por la montaña o el valle; una vez que han descubierto su guarida y seguido sus huellas, buscan una doncella a la que saben virgen, luego la hacen sentar en la guarida de la bestia y esperan allí para capturarlo. Cuando el Unicornio llega y ve a la joven, se acerca pronto a ella y se acuesta sobre sus rodillas; entonces los cazadores, que lo espían, se abalanzan; se apoderan de él y lo atan,  luego lo llevan forzadamente ante el rey lo más pronto que puedan»  Guillaume Le Clerc de Normandie, Bestiaire divin.

Su interpretación difiere de la de Philippe de Thaün manifestando un sentimiento antijudío que se ve reforzado por un pasaje de los evangelios. Para Guillaume, el Unicornio sería Jesús (C'est l'unicorne espiritel [v. 1351]), mientras que los que lo vigilan serían los traidores judíos que lo condujeron ante Pilato, el rey de la narración del Unicornio

(Des Jeves einceins l'espierent, / tant qu'il[s] le pristrent et lierent; / devant Pilatre lemenerent, / et ilec a mort le dampnerent [vv. 1357-1360]).

Además nos ofrece una interpretación original del cuerno, siguiendo la profecía de Isaías acerca del cuerno (fuerza) de salvación que cita Lc I, 69.

c) Pierre de Beauvais dará en su Bestiario de los primeros años del siglo XIII  una versión en prosa que es la más cercana al Physiologus original:
«Existe una bestia llamada en griego monoceros, en latin unicornis. Physiologus dice que la naturaleza del Unicornio es de pequeña talla y se parece a un cabrito. Posee un cuerno en el medio de la frente, y es tan feroz que ningún hombre puede atraparlo, si no lo hace de la manera que os voy a decir: los cazadores llevan a una joven virgen al lugar donde habita el Unicornio y la dejan sentada sobre un asiento, sola en el bosque. Ni bien el Unicornio ve a la joven, va a dormir sobre sus rodillas. Es de esta manera que los cazadores pueden apoderarse de él y llevarlo al palacio de los reyes.»

“De la misma manera Nuestro Señor Jesucristo, Unicornio celestial, descendió al seno de la Virgen, y a causa de esta carne que revistió por nosotros, fue prendido por los judíos y conducido ante Pilato, presentado a Herodes y luego crucificado sobre la Santa Cruz, él que antes se encontraba junto al su Padre, invisible a nuestros ojos. Por eso dice él mismo en los Salmos: “Mi cuerno será levantado como el del Unicornio”. Hemos dicho que el Unicornio posee un solo cuerno en medio de la frente: ése es el símbolo de lo que el Salvador ha dicho: “Mi Padre y yo, somos uno: Dios es la cabeza de Cristo.” Que la bestia sea cruel significa que ni las Potencias, ni las Dominaciones, ni el Infierno pueden comprender el poder de Dios. Si hemos dicho aquí que el Unicornio es pequeño, hay que comprender que Jesucristo se humilló por nosotros por medio de la Encarnación; a propósito, ha dicho él mismo: “Aprended de mi que soy manso y humilde de corazón”, y David dice que que lleve a cabo buenas obras, será conducido al palacio real, es decir, al Paraíso.”

B. Faidutti señala que "la simbólica crística del animal hace que, sobre la mayoría de las miniaturas de los bestiarios medievales, aún cuando el texto sólo hable de la captura del animal y no de su muerte, un cazador atraviese el costado del animal con la punta de su lanza. Esta miniatura de un bestiario inglés sobre un fino pergamino, en latín, copiado en los primeros años del siglo XIII, es una de las raras en mostrar al animal dominado y maniatado, pero no sacrificado."



Estos elementos nos permiten comprender que el Unicornio está por un lado, estrechamente ligado a la confrontación de la temática de la caza (con sus estereotipos de virilidad, agresividad e imágenes de heridas y matanza de valor sacrificial), y a la de la virginidad por otro, con sus valores opuestos de blancura, candor y femineidad desencarnada. Confrontación no despojada de ambivalencia ya que el Unicornio es a la vez tan poderoso que escapa a toda tentativa de caza, y tan sensible que no resiste al perfume que brota de las doncellas vírgenes. En este campo profano, el Unicornio devino en imágen del Amor cortés; el Amante es a la vez el cazador cuya fuerza marcial es ineficaz en el amor, y el Unicornio de cuerno recto como una espada pero cuya potencia fálica se desvanece frente a la virginidad terriblemente atractiva.

La ambigüedad o la complejidad se continúa en la simbólica cristiana, ya que el Unicornio devino en imagen de Cristo: no puede ser sacrificado sin que la Virgen no lo haya “atraído” antes jugando el papel de mediadora. La caza no es más cortés, sino que se transforma en espiritual, oponiendo y reuniendo a la vez a la Humanidad pecadora con la Divinidad que se encarna.

Por último, estos esquemas metafóricos amplifican aún más su dificultad de interpretación (lo que refuerza su expresividad) en la aplicación de esta simbólica a la escena de la Anunciación. Allí, el ángel Gabriel es el cazador y se lo ve con una trompa de caza (que es también un cuerno), con perros, y persiguiendo al Unicornio que es atraído por la virginidad de María.
El color dominante es el rosa: mezcla del rojo de la Pasión de Cristo y del blanco de la Virginidad de María.
Los dos paneles muestran un solo jardín, rodeado de murallas almenadas, y dotado de una puerta y una torre. Como en el Roman de la Rose de Guillaume de Lorris (s. XIII) donde los personajes son alegóricos y donde la rosa es la metáfora de la mujer amada, la escena está circunscripta en un hortus conclusus ("jardín cerrado") que remite al Cantar de los Cantares (4, 12): «Hortus conclusus soror mea, sponsa ; hortus conclusus, fons signatus.» (mi hermana y prometida es un jardín cerrado; el jardín cerrado es una fuente cerrada). La Virgen es asimilada a la novia cuya virginidad es celebrada a través de su belleza. El jardín está dividido por el montaje de los paneles; la parte izquierda es ocupada por el ángel Gabriel en el papel de cazador, de amante y de rey Salomón, y la parte derecha por la Virgen con el Niño bajo los rasgos de la joven con el Unicornio. Todos los objetos, todas las micro-escenas son metafóricas y están codificadas. A nosotros nos toca decodificarlas.

EL PANEL DE LA IZQUIERDA: EL ÁNGEL GABRIEL CAZADOR DEL UNICORNIO.

El ángel es joven, bello, de cabellos rubios con bucles y con alas rojas y doradas. Viste un alba blanca, una capa púrpura ajustada por un broche de cuatro hojas. Mira a la joven como en las Anunciaciones clásicas pero es un verdadero cazador, armado con una lanza de picador,  sonando su trompa de caza y con una correa con la que sujeta a cuatro perros. Por otra parte, reúne los rasgos de la figura del Ángel de la Anunciación: arrodillado, visto de perfil de tres cuartos derecho, viniendo desde la izquierda, enunciando una palabra inscrita sobre filacterias dirigidas a la Virgen y bajo un rayo luminoso mediador de la fecundidad divina.


1. Las inscripciones del panel de la izquierda.
Encontramos las siguientes inscripciones:

a) Porta clausa (sobre la puerta del jardín).
Porta clausa (la Puerta cerrada) es un calificativo de la Virgen adoptado por las Letanías, porque se refiere a su virginidad relacionando la tipología con los versículos del Libro del Profeta Ezequiel en latín (44, 1-2) 

et convertit me ad viam portae sanctuarii exterioris quae respiciebat ad orientem et erat clausa et dixit Dominus ad me porta haec clausa erit non aperietur et vir non transiet per eam quoniam Dominus Deus Israhel ingressus est per eam eritque clausa.

Esta tipología figura en la Biblia pauperum en la página de la Anunciación (abajo a la izquierda) con el dibujo del profeta Ezequiel, la referencia Ezech XLIIII y la cita porta haec clausa erit non aperietur.


b) Ave gratia plena dominus tecum (filacteria que sale de la trompa de Gabriel)
Estas palabras son las del Evangelio según san Lucas (Lc 1,28) con las que el ángel saluda a María: "Ave, llena de gracia, el Señor es contigo". Esta filacteria, con estas palabras, figura también en la imagen central de la Biblia Pauperum.

c) Ecce virgo concipiet (sobre una filacteria flotante debajo de la precedente).
Se trata de la profecía de Isaías 7, 14 Ecce virgo concipiet et pariet filium et vocabitis nomen Emmanuhel "He aquí que la virgen concebirá y parirá un hijo y será llamado Emmanuel (Dios con nosotros)". Este versículo es aplicado a la Virgen María por el Evangelio según san Mateo (Mt 1, 23) en la Genealogía de Jesús. Figura arriba a la izquierda de la página de la Anunciación en la Biblia Pauperum, con la figura de Isaías y con la referenciae Isayas VII.

d) Fons signatus: (sobre una filacteria encima de la fuente).
Estas palabras ("fuente sellada") califican a la Virgen cuyo útero es a la vez cerrado y fecundo: acompañan la imágen de la fuente, cuya cuba hexagonal está cerrada con un candado y escurre por seis grifos en la tina inferior. Se refieren al versículo del Cantar de los Cantares ya citado: 4, 12: « Hortus conclusus soror mea, sponsa; hortus conclusus, fons signatus. » (mi hermana y prometida es un jardín cerrado; el jardín cerrado es una fuente cerrrada).

e) Misericordia, Justicia, Pax, Veritas: filacterias sostenidas en las bocas de los cuatro perros del cazador.
Misericordia, Justicia, Pax, Veritas: Los perros llevan cuatro virtudes que remiten al salmo 84: misericordia et veritas obviaverunt sibi; iustitia et pax osculatae sunt: "El amor y la verdad se encontrarán, y la justicia y la paz se besarán". 
El cazador, enviado por Dios a la tierra para cazar / buscar al Unicornio que sólo una virgen sabrá capturar, es guiado en esta búsqueda por las cuatro virtudes evangélicas.

EL PANEL DE LA DERECHA: LA VIRGEN CON EL UNICORNIO.


En este cuadro encontramos 7 metáforas de la Virginidad y de la elección de María:


1. La vara de Aarón.
Sobre el altar hay trece varas y sólo la del centro está florecida.
Se trata de una referencia al texto deI libro de los Números (17, 17-23):

16 Y el Señor dijo a Moisés:
17 «Manda a los israelitas que todos los jefes de las familias patriarcales te entreguen cada uno una vara: deberán ser doce en total. Tú escribirás el nombre de cada uno en su propia vara; 18 y en la de Leví escribirás el nombre de Aarón, porque tendrá que haber una sola vara por cada jefe de familia. 19 Luego las pondrás en la Carpa del Encuentro, delante del Arca del Testimonio, donde yo me encuentro con ustedes. 20 La vara del hombre que yo elija florecerá, y así acallaré las incesantes protestas que los israelitas levantan contra ustedes».
21 Moisés transmitió esta orden a los israelitas, y todos los jefes de las familias patriarcales le entregaron una vara cada uno: eran doce en total. Entre ellas estaba la vara de Aarón.
22 Moisés las depositó delante del Señor, en la Carpa del Testimonio, 23 y al día siguiente, cuando fue a la Carpa del Testimonio, la vara de Aarón –correspondiente a la familia de Leví– estaba florecida: había dado brotes, flores y almendros."

(23 Sequenti die regressus invenit germinasse virgam Aaron in domo Levi et turgentibus gemmis eruperant flores qui foliis dilatatis in amigdalas deformati sunt).

Esta vara de Aaron, y esta imágen figuran en la Biblia Pauperum en la página correspondiente a la Natividad, con la mención Hic contra morem producit virgula florem (Contra lo habitual, la vara floreció).  Como la vara de Aarón elegida por Dios floreció milagrosamente cuando estaba seca, la Virgen da a luz preservando su virginidad. Esta vara es relacionada con la virginidad de María por un lado porque retoma la profecía de Isaías 11, 1 sobre la vara de Jesé que florece (Egredietur virga de radice Jesse, et flos de radice ejus ascendet) (Surgió una vara de la raíz de Jesé, y floreció) asociando las palabras virgula (diminutivo de virga, la vara) et de florem (flos, la flor), pero también por el razonamiento expuesto por ejemplo en 1613 por Petrus Muranus:

"Aarón, en sentido alegórico, sólo representa al pueblo judío: esta vara no es otra que la Virgen Inmaculada, seca y árida de todo pecado, seca y árida por no haber nunca frecuentado la compañía de los hombres: vara seca que de todos modos ha florecido, fructificado y producido el fruto de vida, el fruto medicinal, quiero decir el Hijo de Dios, muy precisamente representado por el fruto del almendro" 

2. La zarza ardiente.
Vemos un arbusto en llamas, y a Dios Padre (cortado) en el medio. Se trata de una referencia al texto de Ex 3, 1-6 en el que Dios habla a Moisés. Esta imagen bíblica prefigura a la Virgen porque ella lleva en su seno el fuego de la divinidad. Esta relación era ilustrada y ampliamente difundida por la Biblia Pauperum, en el capítulo de la Natividad, al lado de la de la vara de Aarón.

La Natividad, Biblia Pauperum, 
http://gallica.bnf.fr/ark:/12148/bpt6k1040372s/f11.item.r=.zoom

3. La Torre de tres ventanas.
En las Letanías, María es llamada Torre de David y Torre de marfil. En el Cantar de los cantares (4, 4) leemos: sicut turris David collum tuum quae aedificata est cum propugnaculis "Tu cuello es semejante a la Torre de David edificada con murallas"

4. El lirio blanco.
Le lirio es a la vez la vara que florece de Aarón, el tronco de Jesé que produce un brote, un símbolo de pureza por su blancura, un símbolo de realeza  cuya forma se parece al cetro. Sus tres pimpollos recuerdan que María ha sido virgen antes, durante y después del parto, etc... 

5. La Virgen del Unicornio.
El Unicornio se presenta aquí como un híbrido entre cabrito y caballo. La cabeza y el cuello son de caballo, pero su cuerpo, sus pezuñas hendidas, la barba de su mentón e incluso su postura son las de una cabra. En efecto, el animal se representó hasta la mitad del siglo XV como un cordero o un cabrito. Su cuerno torzado apunta al seno izquierdo de María. Ésta acaricia con ternura no la cabeza del animal, sino su cuerno.
Aquí, una miniatura del libro Bestiaires d'Amours de Richard de Fournival, un texto puramente profano, donde el Unicornio es presentado como un carnero. (Français 412 (Hainaut, 1285) folio 232.


6. La urna de oro (URNA AURIA).
Esta urna parece llena de manzanas doradas. Urna aurea beata est Maria, aurea per excellentiam vitœ, aurea per integritatem et puritatem, aurea per plenitudinem gratia, "María es urna de oro por la excelencia de su vida, por su integridad y pureza, y por la plenitud de la gracia" leemos en las Homilías de San Amadeo, obispo de Lausanne (s. XII).

7. El vellocino de Gedeón (VELLUS GEDEONIS).
La imagen figura en la Biblia Pauperum en la página de la Anunciación, frente a la de la Natividad. Se trata de una relación tipológica entre el texto véterotestamentario del libro de los Jueces (6, 37-38), y la virginidad de María: Gedeón, quinto juez de Israel, desea saber si Dios quiere utilizarlo para liberar a la Tierra Prometida. En respuesta a Gedeón, se produce un milagro. Un vellón puesto en el piso se cubre de rocío y el juez lo recoge en una copa mientras la tierra que lo rodeaba ha quedado seca. En la Edad Media, se interpretaba este espacio seco y puro como un símbolo de la virginidad de María. Gedeón vence en el combate, gracias a este signo de Dios. En el grabado de la Biblia Pauperum Gedeón levanta los brazos hacia el ángel que le dice Dominus tecum virorum fortissime (El Señor está contigo, el más valiente de los varones - Jc 6, 12), en un paralelo evidente con el arcángel Gabriel que dice a la Virgen Ave gratia plena dominus tecum.
Para los clérigos (para los dominicos del convento), la simple figura del vellón de Gedeón, o las simples palabras Vellus Gedeonis bastan para hacer recordar los conocimientos que les eran familiares e, incluso cotidianos, en sus lecturas, en sus oraciones y en su liturgia.



[1] El Physiologus es un manuscrito redactado en griego por un autor desconocido, y compilado con fines moralizantes. Probablemente se escribió en Alejandría, entre el siglo II y el IV. Fue uno de los libros más populares de la Edad Media, que aparece en la mayoría de las lenguas: siríaco, latín, armenio, etíope, árabe, etc. El Physiologus contiene un conjunto de descripciones de diversos animales, criaturas fantásticas, plantas y rocas, la mayoría con frases y sentencias moralizantes. De cada animal se muestra su descripción y se narran varias anécdotas, pero todo ello con sentencias morales y cualidades simbólicas del mismo. Algunos manuscritos poseen ilustraciones. Algunos académicos consideran que las primeras redacciones no tenían la parte de interpretación alegórica, basándose en “la ausencia de alegorías en textos tempranos tales como la versión en siríaco o los fragmentos conservados en el glosario latino de Ansileubus”


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